El primer artículo publicado en 2013 hablaba sobre la
modificación de las fechas de caducidad y consumo preferente de los alimentos
propuesta por el ministro Arias Cañete. En mi opinión, una forma de fomentar el
consumo irresponsable, ya que incita a la población a seguir comprando sin
ceñirse a lo estrictamente necesario. La solución no pasa por consumir
alimentos que se hayan caducado, sino por evitar que caduquen en casa. Para
ello, lo más importante sería impulsar las compras sensatas.
En julio, el presidente de la Comunidad de Madrid, junto con
el consejero de medio ambiente y el alcalde de Arganda, visitaban la laguna del
aceite anunciando el próximo inicio de las obras de restauración de esta zona
protegida, convertida en una balsa de hidrocarburos y trampa mortal de miles de
aves durante décadas. Como no es la primera vez que el gobierno regional
anunciaba su intención de regenerar este espacio, la cautela fue mi primera
reacción.
Imagen: Arantxa Majano. |
Con este llamativo título pretendía ilustrar las ocurrencias
que estaba teniendo el ministro de medio ambiente: unos meses antes, sus
declaraciones sobre el consumo de productos caducados dieron origen a una
modificación normativa. Su nuevo anuncio acerca de que se duchaba con agua fría
me hizo ponerme a temblar… ¿en qué podrían desembocar esta vez las palabras del
máximo dirigente ambiental de España?
Una respuesta en un debate de la red social Linkedin se me
empezó a alargar hasta tener que continuarla en el editor de texto. Dio origen
a este artículo sobre la situación del coche eléctrico, centrado en los
problemas que hacen que esta tecnología no acabe de despegar: la autonomía, el
precio y los puntos de recarga, entre otros…
La publicación de los detalles de la nueva ley de parques
nacionales me hizo escribir este post, como no podía ser de otra manera, para
uno de los temas recurrentes de El Ambiente Entero. Mi indignación de centró en
los planes de fomentar el turismo masivo en estas zonas protegidas; para más
inri, con capital privado. Ya de por sí creo que ningún tipo de turismo
beneficia la conservación de las áreas naturales más importantes, así que el
anuncio de que se permitiría, por ejemplo, la navegación en el Parque Nacional
de Monfragüe, me hizo montar en cólera.
El artículo estrella de 2013 lo concebí tras una
conversación cotidiana con un vecino, en la que me llamó la atención que no
estuviera dispuesto a llevar sus residuos al punto limpio alegando que otra
gente haría negocio con ellos. Como no era la primera vez que oía algo así,
decidí escribir una reflexión sobre el asunto que tuvo una sorprendente
acogida: récord de visitas y comentarios en el blog y multitud de menciones en las
redes sociales.
En 2014 seguiré escribiendo lo que me pida el cuerpo, para
eso creé este blog y lo sigo disfrutando como el primer día.
Nos seguimos leyendo.
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