Los Parques Naturales son declarados en España por las
Comunidades Autónomas, por lo que no existe una definición estatal como en el
caso de los Parques Nacionales. Sirva como ejemplo el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina, situado al norte de la provincia de
Palencia.
En la Ley 4/2000 (de Castilla y León), de 27 de junio, de Declaración del Parque Natural, se define como un espacio de relativa
extensión, notable valor natural y singular calidad biológica, en la que se
compatibiliza la coexistencia del hombre y sus actividades con el proceso
dinámico de la naturaleza, a través de un uso equilibrado y sostenible de los
recursos.
Esto significa que en los Parques Naturales, a diferencia de
los Parques Nacionales, sí pueden estar incluidos núcleos de población,
evidentemente de pequeño tamaño y carácter rural. En ellos, la población local
no solo no se ve afectada por la protección de la zona, sino que tiene una
oportunidad de desarrollo con la creación de un parque de estas
características. El Parque palentino incluye en su interior varios municipios y
núcleos poblacionales que suman más de 2.000 habitantes, algo que no ocurre en
los Parque Nacionales, salvo en contadas y justificadas excepciones.
Minas a cielo abierto en Palencia, que una vez finalizada su actividad son restauradas. |
En los Parques Naturales, por ejemplo, no es raro que se
permita la caza controlada. Los estudios de población que se realizan cada
temporada determinan el número de piezas que se podrán cazar. En Fuentes
Carrionas, durante la época de caza, los ejemplares ya están previamente adjudicados
y se matan bajo la supervisión de guardas forestales, que controlan en todo
momento que no se cometa ninguna irregularidad. De esta manera, la actividad se
convierte en una fuente de ingresos para la población local y en una forma
rentable de llevar a cabo los controles poblacionales.
La caza puede ser una actividad de mayor o menor seguimiento
y que, por lo general, es motivo de polémica, pero no hay duda de que, para los
habitantes de estas zonas, habitualmente deprimidas y sin muchas opciones laborales,
es una forma de subsistir y un ejemplo de desarrollo sostenible y de
actividades donde la economía y la naturaleza conviven. En los Parques
Nacionales, las actividades cinegéticas son impensables.
La economía de la población local de los Parques Naturales
está, en múltiples ocasiones, ligada al turismo. Un ejemplo sería la caza en
los montes palentinos, pero hay otras formas de atraer visitantes en estos
espacios protegidos.
En el Parque Natural de Corralejo, en Fuerteventura, la
afluencia de turistas es incesante todo el año, aunque el turismo no tiene precisamente
carácter rural. El valor ecológico de la región reside en las dunas que llegan hasta el mar. Esto posibilita, además, la existencia de grandes y
atractivas playas, muchas de ellas salvajes, que son un reclamo para los
visitantes de la isla.
El espacio, uno de los tres Parques Naturales de la isla, no
incluye ninguna población en su interior, pero limita con dos complejos
hoteleros de gran magnitud y con el núcleo urbano de Corralejo. Asimismo, es
atravesada por una carretera de intenso tráfico, única vía de comunicación
entre la mencionada población turística y el aeropuerto de Fuerteventura.
La carretera que atraviesa el Parque Natural de Corralejo, en un momento de tranquilidad. |
Por
esta ruta transitan numerosos autobuses, camiones y automóviles, la mayoría de
alquiler y conducidos por turistas extranjeros, seguramente no conocedores de
la zona, su protección y su alto valor natural. Por tramos, a ambos lados de la
calzada, se habilitan zonas de estacionamiento para los usuarios de las playas. A priori, esta situación que se da en el norte de la isla
majorera no sería posible en un Parque Nacional, donde la protección suele
estar relacionada con el mantenimiento del estado natural de las zonas,
evitando lo máximo posible la interacción antrópica.
Puede que estos ejemplos no sean la mejor forma de proteger
un espacio natural de gran valor ecológico, pero tampoco la peor si el objetivo
es encontrar el equilibrio entre la conservación de una zona y el desarrollo de
su población. En el caso de la montaña palentina, la caza es una importante
fuente de ingresos en una región sin industria ni previsiones de un desarrollo
de los sectores secundario y terciario.
Por su parte, la economía de la isla canaria depende,
prácticamente en su totalidad, del turismo. Proteger esta zona de forma
incompatible con la llegada de visitantes sería la ruina para la población
local, constituida en su mayoría por trabajadores del sector servicios, uno de
los pocos recursos económicos de que dispone Fuerteventura.
Imagen de una de las Grandes Playas de Corralejo, incluidas en el Parque Natural. |
Estas actividades pueden parecer de complicada
compatibilidad con la conservación del medio natural y sería fácil pensar que
en un Parque Nacional no podrían darse. Efectivamente, en una visita al Parque Nacional Picos de Europa, en su vertiente cántabra, me encontré con que
la caza era una actividad totalmente prohibida en los territorios protegidos,
de hecho se hablaba con desprecio de la zona palentina, muy próxima, donde este
era un recurso económico. Instantes antes de presumir de la realización de visitas guiadas en quad o 4x4 por el interior del Parque... ¿Nacional? ¿Temático?
La red de Parques Naturales es más amplia que la de Parques Nacionales ya que, en teoría, su nivel de protección y exigencia es menor, es más fácil proyectarlos y son más aceptados socialmente, debido a su convivencia con las actividades humanas. Solo en Castilla y León hay 12 parques naturales, mientras que Canarias tiene 11 y la Comunidad de Madrid tan solo uno, por citar algunos casos.
La red de Parques Naturales es más amplia que la de Parques Nacionales ya que, en teoría, su nivel de protección y exigencia es menor, es más fácil proyectarlos y son más aceptados socialmente, debido a su convivencia con las actividades humanas. Solo en Castilla y León hay 12 parques naturales, mientras que Canarias tiene 11 y la Comunidad de Madrid tan solo uno, por citar algunos casos.
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