Estado de Las Islillas en el mes de marzo. (Imagen de Ecologistas en Acción). |
Esta situación es más preocupante si se tiene en cuenta que hace un par de meses el Consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Borja Sarasola, visitó el lugar para presumir de las labores de recuperación de la zona y hacerse las fotos de rigor. Entonces estaría haciendo un tour, puesto que en el mismo mes (julio de 2013) también visitó la famosa laguna del aceite de Arganda, prometiendo las esperadas labores de restauración. En ambos casos, no es la primera vez que los representantes de la Administración acuden a hacerse las fotos, prometer, presupuestar los trabajos... y nada más, porque los estados de estas áreas, lejos de mejorar, han seguido empeorando.
¿Qué podemos esperar? Según las organizaciones que han denunciado este hecho, las lagunas mejoreñas nunca habían llegado a tal nivel de degradación. Además, denuncian que ha habido varias visitas y proyectos para rehabilitar la zona que, cierto tiempo después de haberse publicitado, han sido abandonados, para volver a empezar de cero (lo que supone nuevos presupuestos, nuevas visitas, más fotos, más propaganda, más gastos de dinero público).
En el caso de la laguna del aceite, la Comunidad de Madrid lleva siendo su propietaria (con promesas de restaurar) desde 2009. Este verano, ha recibido la visita del consejero Sarasola, que ha prometido la recuperación (presupuestos, visitas, fotos, propaganda, gastos). Aún es pronto para juzgar el fracaso o éxito de la misión, pero de nuevo cabe hacerse la pregunta, viendo los precedentes: ¿qué podemos esperar?
Así está el humedal en el mes de septiembre (imagen de Ecologistas en Acción). |
¿Por qué van a hacerse las fotos si luego no les importa la realidad?
¿Por qué presupuestan una y otra vez proyectos de recuperación que no se llevan a cabo o se abandonan antes de tiempo?
¿Por qué no se preocupan por una laguna que supone una seria amenaza para la salud pública?
¿Por qué no hacen un esfuerzo por conservar una serie de humedales catalogados, encuadrados en un Parque Regional, y aprovechar todos los beneficios que puedan aportar a la región?
Son preguntas que nos hacemos al leer este tipo de noticias. De casi todas sabemos la respuesta o al menos la imaginamos. Y eso es peor, porque ahonda en nuestra rabia e impotencia. Este tipo de situaciones podrían estar bien gestionadas, aun con un presupuesto tan limitado como tenemos ahora, de existir verdaderos profesionales al frente de las consejerías.
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