Aunque poco a poco vamos concienciándonos, aún hay muchas personas que tienen temperaturas tropicales dentro de casa para poder andar ligeros de ropa, los mismos que en verano crean un ambiente gélido y se resfrían con 40 grados en la calle. Las buenas prácticas surgen de pensamientos simples y evidentes: si tienes frío, ponte ropa.
No pasa nada por estar en casa con dos o tres piezas de ropa
que nos abriguen, evitando así alcanzar temperaturas de sauna. ¿Tan incómodo se
está con una camiseta de manga corta, otra larga y una sudadera? ¿Y lo acogedor
que es tumbarse a ver la televisión con una mantita? Sencillas costumbres que
nos darán confort mientras mantenemos una temperatura razonable dentro de nuestra
vivienda.
Hay que recordar que cada grado que aumentamos en el
termostato supone un incremento significativo en el dinero que pagamos por el
suministro de gas o luz. Y no está el momento para saltarse los detalles. El
aumento del coste de la electricidad obliga a muchas familias a hacer
malabarismos en los meses invernales y el poco tacto de algunas compañías
suministradoras no ayuda.
Debemos prestar atención a las ofertas que nos hagan. Con
todos los problemas derivados del encarecimiento de los suministros, las
palabras “descuento” o “rebaja” cobran mucha importancia. No podemos dejarnos
llevar por la verborrea del primer comercial que se presente en nuestra puerta
o nos llame por teléfono, es conveniente pensar dos veces lo que vamos a hacer.
Muchos de esos descuentos están asociados a diversos
seguros: uno para la caldera, otro para los electrodomésticos, incluso alguno
más específico. Para que los contratemos, suele venir asociada una rebaja en el
gas o la luz, normalmente muy llamativa por su alto porcentaje, pero que luego
no es tan lucrativa al aplicarse sobre un importe reducido, de apenas unos
euros.
Un descuento del 20% en el término de potencia de la
electricidad puede ser sugerente, pero depende de la potencia que tengamos contratada y si resulta en una rebaja de 3 euros en cada factura por haber
contratado un seguro de 5 euros mensuales, nos supone perder dinero. Además, en
ocasiones estas pólizas son innecesarias si tenemos ya otras contratadas que
nos cubran los mismos daños, por ejemplo un seguro del hogar o alguno contratado
obligatoriamente con la hipoteca.
Es conveniente que revisemos periódicamente el detalle de
nuestra factura porque estos descuentos, que en ocasiones sí que salen
rentables, suelen ser temporales, de forma que cuando se terminan, si seguimos
con el contrato que los facilitaba, estaremos pagando un seguro que tal
vez no nos haga falta y que ya ni siquiera nos reporte un beneficio económico.
Una factura clara y saneada es un ingrediente esencial en la
receta del buen ahorrador. Comprueba las condiciones de tu suministrador y no
dudes en cambiar si no te convence o si te está cobrando algo que no debería o
no necesitas. Compara entre las distintas compañías de luz y gas y elige la que
tenga la mejor oferta, sin trampa ni cartón. Tómate tu tiempo para conocer a
fondo los detalles de cada una y conseguir el mejor plan de pago, el esfuerzo
merecerá la pena.
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