La Fundación Global Nature y la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de Castilla y León realizaron en abril el censo de avutardas (Otis tarda) en el Espacio Natural La Nava y Campos de Palencia. Según informaciones de la ONG, la cifra total de individuos
censados asciende a 1.488 aves, lo que supone un incremento del 40% respecto al
último registro, de 2009. Por sexos, hay 1,21 hembras por cada macho, con una
densidad de 2,65 animales por kilómetro cuadrado, parámetros normales para la
especie y la zona.
El lugar principal de acumulación de avutardas es el entorno de los leks o ruedos de exhibición, donde las hembras se reúnen para seleccionar a su futura pareja reproductiva. En estas zonas, los machos se pavonean en silencio delante de ellas para ser elegidos, aunque solo aportarán sus gametos, ya que la avutarda es una especie donde solo las madres cuidan de los huevos, que empollan en el suelo. Las fechas de apareamiento están comprendidas entre marzo y mayo.
A pesar de este estupendo dato, la ONG advierte de la
situación real de la especie, calificada como vulnerable en la Lista Roja de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el grado más bajo
dentro de las especies amenazadas. Las causas que da Global Nature de esta
situación son las siguientes:
- Poca dispersión de las poblaciones, que tienden a concentrarse en las zonas más favorables.
- Destrucción de su hábitat por la actividad agraria. En menor medida, también les afecta la caza furtiva y la colisión contra alambradas o parques eólicos.
- Sistema de reproducción insuficiente para mantener la especie.
El área de distribución de esta especie es el centro de
Europa, donde ha descendido en número de forma alarmante, Asia Central, Este de
China y la Península Ibérica, siendo estos dos últimos emplazamientos los mejor
conservados. Castilla y León alberga la población más importante a nivel
mundial, con una cifra comprendida entre 14.000 y 16.000 ejemplares.
Esta es otra buena noticia en la naturaleza, tan
acostumbrada a ser protagonista en términos negativos. Los proyectos de
conservación de especies están sufriendo duros reveses durante la crisis
económica. Los numerosos recortes impuestos a la población se ceban
especialmente con el medio ambiente, al que la economía y el capitalismo consideran
poco importante, una opinión a la que lamentablemente se suman los propios
ciudadanos, probablemente debido a la falta de información.
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